El lugar ya había recibido ataques en otros momentos. El intendente dijo que el ataque forma parte de la “guerra entre bandas” narcocriminales.

La Agencia de Investigación Criminal (AIC) inició este miércoles un operativo por una nueva balacera en Rosario. Según la denuncia, a la madrugada atacaron el Centro Municipal de Distrito (CMD) Sudoeste.
Durante el procedimiento, la policía detectó al menos seis impactos de proyectiles sobre la fachada del lado de Avenida Acevedo. En primera instancia no se reportaron personas heridas. Detrás de uno de los portones de ingreso arrojaron un cartel que rezaba “Botón, mata inocentes”, un mensaje contra René Ungaro y Esteban Alvarado, condenados y detenidos por narcotráfico.
Si bien había marcas de otros balazos, vecinos de la zona aclararon que corresponden a episodios anteriores.
Debido al atentado, el Centro de Salud Santa Teresita, que se encuenta al lado del CMD, suspendió los turnos programados para la jornada. Ni bien se confirmó el ataque, el intendente Pablo Javkin también canceló una conferencia de prensa para el anuncio de un plan de movilidad en el Parque de la Independencia y decidió ir al lugar.
«El ministro tiene que venirse a vivir acá”, exclamó el intendente. De esta manera responsabilizó a Rubén Rimoldi, titular de la cartera provincial de Seguridad y le pidió que se haga cargo de la situación.
“Esta ciudad no tiene presencia policial mínima para garantizar cuestiones básicas”, manifestó. Luego recordó que no hubo persecución tras la balacera en bicicleta contra la Comisaría 32° ni después del ataque a la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
Javkin sostuvo que Rosario necesita más de 3.000 agentes federales y casi 5 mil policías para resolver la crisis de seguridad. “No hay lugar de la provincia o el país más importante que este”, aseveró sobre las consecuencias que tiene el crecimiento de los homicidios y balaceras.
“Rosario necesita lo que Rosario merece”, indicó el ex diputado nacional. Luego apuntó que el último atentado forma parte de una “guerra entre bandas” con amenazas anónimas. De este modo trazó una conexión con el crimen de Lorenzo Altamirano (28), asesinado la semana anterior frente a la cancha de Newell’s.