*Por Guillermo Segata

La provincia de Santa Fe atraviesa múltiples crisis. Algunas responden a factores externos y otras a la propia impericia del gobierno provincial, hasta acá incapaz de construir una agenda, por su permanente dinámica de echarle la culpa al resto y en cada crisis hacer como que hace para no hacer nada. La gran Perotti.
La provincia vive un espiral de violencia. El 2020 cerró con los peores índices de inseguridad de los últimos 5 años. ¿Qué dice al respecto Omar Perotti, quien prometió “la paz y el orden” en su campaña? Nada.
Santa Fe padece una crisis institucional inédita. El Partido Justicialista, al frente del gobierno, está envuelto en una interna feroz que lleva a los dirigentes de las más altas esferas del Ejecutivo a la justicia, por causas de juego clandestino vinculadas con mafias del narcotráfico. ¿Qué dice el gobernador sobre esto? Nada.
El sector agropecuario de toda la provincia está en vilo por el anuncio del cierre de las exportaciones de maíz. Perotti, en su campaña, prometió “producción y trabajo”, pero al igual que con la crisis de Vicentín o con el actual conflicto de la actividad pesquera, no emite palabra.
Podría seguir enumerando la extensa agenda de problemas que tiene Santa Fe, como la salud, la educación o las paritarias en negro, pero prefiero detenerme en una reflexión final.
Pocos días atrás, el gobernador volvió a criticar a la oposición al pedirle que apruebe en Diputados dos leyes vinculadas a un plan de conectividad, del que no se conocen detalles ni responsables.
¿Es este contexto caótico el momento para volver a crear antagonismos con la oposición por un endeudamiento externo y multimillonario, cuando el gobierno tiene un superávit histórico y fondos para iniciar un supuesto plan de acciones? ¿Cómo pretende Perotti crear una agenda de trabajo?
Le pido disculpas al gobernador por estas dudas. Pero la insistencia de su gobierno sobre un endeudamiento sideral, sin siquiera conocerse quién sería la autoridad responsable de este plan, genera algunos interrogantes.
Y vale esta aclaración. Si el gobierno tiene tanto interés en avanzar, ¿por qué canceló 3 veces la audiencia sobre estos proyectos en comisión?