Ante la más mínima sospecha de un contagio de Covid-19, los viajeros deben volver a su lugar de origen.
Ante el aumento de casos de coronavirus en Buenos Aires, Chaco y Paraná, la provincia comenzó a reforzar los controles en los límites, sobre todo en el peaje de General Lagos, por donde arriban a Rosario aproximadamente 18 mil vehículos por día. Desde el gobierno provincial intentan desalentar los viajes a estos lugares y ejercer un control estricto sobre quienes ingresen al territorio santafesino.
En el día de ayer el gobernador, Omar Perotti, acudió personalmente al peaje de General Lagos para presenciar cómo se están llevando a cabo los controles en la entrada más importante que tiene la provincia de Santa Fe.
A esto se le suma el inminente anuncio que hará hoy el presidente de la Nación, Alberto Fernández, sobre las restricciones que se tomarán en Buenos Aires ante el avance de la pandemia. Esto provocó un efecto inmediato en Santa Fe: reforzar, aún más si se puede, los controles a quienes provengan desde esa provincia.
En las ultimas horas se estableció que ante la mínima sospecha de coronavirus la persona deberá regresar a su lugar de origen, y no se tendrán contemplaciones. Y lo mismo sucederá con quien no presente la declaración jurada que demuestre que la actividad que motiva el desplazamiento está habilitada.
El subsecretario de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, Osvaldo Aymo, indicó que en el Peaje de General Lagos tomará la fiebre a cada persona que quiera ingresar a la provincia y que se cuenta con la posibilidad de hacer los isopados en plena ruta.
