Durante la pandemia por coronavirus, el gobierno santafesino usó solo 406 de los 2.517 millones de pesos que tenía disponibles para instalaciones y equipamiento de salud. Los datos fueron reflejados en un informe del portal LetraP.

En 2020, en medio de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, el gobierno de Santa Fe, encabezado por Omar Perotti, gastó apenas el 16% del presupuesto para el área de salud.
El porcentaje se desprende de los datos publicados por la propia gestión provincial hasta el 30 de septiembre del año pasado (última información disponible), y evidencian que se utilizaron únicamente 406 de los 2.517 millones de pesos de las partidas presupuestarias para instalaciones edilicias y equipamiento en hospitales y centros de salud.
La subejecución del presupuesto es una marca registrada de la gestión Perotti y tuvo su correspondencia en otras áreas, como seguridad y educación, pero que haya ocurrido en medio de la pandemia y en el ministerio de Salud llama poderosamente la atención.
Más aún si se considera que, debido al contexto de emergencia sanitaria, la provincia contó con herramientas auxiliares para dotar con más recursos a la cartera de salud, como aportes del Tesoro Nacional, refuerzos presupuestarios y autorizaciones de endeudamiento, entre otras. No obstante, dentro de esos refuerzos también se produjeron subejecuciones.
En el detallado informe del portal LetraP, basado en los números oficiales del gobierno, al 30 de septiembre la cartera sanitaria había gastado el 59% de su presupuesto global. El capítulo “personal” se ejecutó en un 75%, el de “transferencias corrientes” un 68% y el de “bienes y servicios” un 44%. El dato llamativo es de los “gastos de capital”, que se ubicó en el 16%. El saldo sin utilizar en obras e infraestructura para salud ascendió a 2.122 millones de pesos.
Dichas cifras representan, comparadas con el año 2019, una reducción del 77% en el presupuesto invertido en salud. Incluso superior a la baja que se dio en la obra pública, que llegó al 65%. Todos estos indicadores ayudan a explicar el superávit de 19.973 millones de pesos que la Casa Gris obtuvo durante los primeros nueve meses del 2020.
La categoría «bienes y servicios», que incluye la compra de insumos y la contratación de servicios profesionales, también sintió el ajuste de Perotti: mientras que en 2020 se ejecutaron 7.586 millones, en 2019 se habían imputado 6.316 millones, lo que representa una variación interanual de +19,25% (muy por debajo de la inflación, que para esa fecha rondaba el 44%).
Más datos llamativos
A partir del análisis de las finanzas oficiales, hay varias cuestiones particulares que generan polémica. Una de ellas es la Ley de Necesidad Pública, sancionada al comienzo de la cuarentena, que creó un refuerzo de 2.500 millones para las políticas del área de salud. Sin embargo, al 30 de septiembre, a la partida solo se le habían asignado 1.000 millones.
A su vez, con los Aportes del Tesoro Nacional tampoco se le dio prioridad a la salud. De los 4.487 millones (registrados en los decretos 321, 354, 419, 651 y 1.039), solo el 20% se destinó al ministerio liderado por Sonia Martorano. El resto fueron asignados al Tesoro Provincial, indicando en los respectivos decretos la finalidad “Salud”, aunque no se distribuyeron en favor del citado ministerio.
Tampoco se utilizaron todos los recursos disponibles para asistir a los municipios y comunas santafesinas en su lucha frente al coronavirus, pese a que la legislatura autorizó al gobierno provincial a tomar 15.000 millones de deuda para bancar los gastos de atención de la pandemia, de los cuales 3.000 millones correspondían a gobiernos locales.
El gobierno santafesino llevó dicha partida hasta los 2.000 millones (es decir, 1.000 millones menos que lo dispuesto por ley), pero el monto gastado, según declaraciones del subsecretario de Comunas, Ricardo Kauffman, al diario El Litoral, llegó solo al 22% de lo autorizado (651 millones).
La normativa preveía que todos los saldos no invertidos sean transferidos a rentas generales, una situación que alimenta las sospechas sobre la intención de Perotti y su gobierno de «hacer caja». Teniendo en cuenta las complejidades que impuso la pandemia, tanto en salud como para el área educativa, y la alarmante problemática en relación a la violencia, los robos y la inseguridad, es al menos llamativa la ínfima inversión provincial para atender dichas necesidades.